Tarde… como siempre. Consecuencia del tiempo I
Llegué tarde, como siempre…
Y solo miro al espejo, cómo si pudiera ver a alguien.
Ya no hay lugar para el café en la mañana y los abrazos pendientes tendrán que llenarse de polvo, una vez más.
Tan solo si hubiera tenido un poco más de coraje, quizá el destino hubiera estrechado mi mano... pero mi fama de cobarde no descansa.
Volví y ya no estabas.
Mis labios seguirán siendo del vino, mientras me confundo con alguien más.
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