Vacío.
Es difícil definir el vacío porque paradójicamente está lleno de sentimientos que se encuentran desconociéndose entre sí, en un sinfín de diálogos que no llevan a ninguna parte.
En un momento levantas la mirada y el flash de la gente llena el alrededor, ocupando todo lo que ves… la música, los abrazos, las risas, tu voz… todo se vuelve silencio en un segundo sin preguntas ni, mucho menos, respuestas.
Las agujas del reloj intensifican sus latidos y todo se apaga. Solamente sos vos, cayendo de un precipicio de recuerdos, donde un corazón de piedra te espera para darte el golpe final… Pero no llega.
Agonía, silencio, oscuridad; intercalan posiciones con la multitud y el ruido. Alejándote cada vez mas de los abrazos, de los besos, de alguien que te quiere de verdad.
No podes ver, estás ciego… Y los vicios acechan, hasta ser la única opción. Abrís una ventana y volves a caer, quizá esta vez no haya revancha, aunque lo intentes… Ya el vacío se robó todo el oxígeno; y las esperanzas.
Dudas si sentis o no existis, pero volves a escuchar tus latidos, que te atan al limbo del alba sin saber si es el límite o seguís cayendo. Nada es normal, pero al fin y al cabo ¿qué es normal a esta altura?
¿La luz o la oscuridad? Si total, ambas terminan en la nada misma.
Hasta que pedis piedad y se burlan de vos, todo indica que no existe salida alguna… solo la posibilidad de entregarte hasta que todo esto te libere, o termine con tu agonía de una buena vez.
Oscuro ¿no?
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